En las artes marciales japonesas, el término atemi (当て身?) nombra golpes rápidos al cuerpo, en contraposición a luxaciones, agarres, y proyecciones. El atemi se puede lanzar con cualquier parte del cuerpo a cualquier punto del cuerpo del oponente. Puede ser fuerte/percutante o ‘suave’ (para control). Un atemi puede constituir una técnica por sí mismos, pero también puede ser un elemento complementario para comprometer el equilibrio del oponente o para rematar.
Es muy importante poder practicar los atemis dentro del Aikido, no solo nos ayudan a poder realizar la técnica correctamente, sino que también nos indican la posición correcta de nuestro cuerto y la del compañero.
Etimológicamente, ateru expresa la idea de estimar y evaluar con precisión la superficie y precio de un campo. Por extensión tenemos: situar exactamente, caer justo en el sitio querido, en el centro de un blanco, por ejemplo, a la idea de estimar, evaluar se le une, por tanto, la noción de éxito.
MI: el cuerpo. En el antiguo Budo, atemi consistía en golpear los puntos vitales del adversario para provocar una pérdida del conocimiento o la muerte. Herir en superficie o, incluso, romper un hueso, no era atemi.
En aikido, el atemi se utiliza también para dominar la voluntad de ataque, provocar dolor en los puntos vitales, perturbar la concentración del adversario, para su intención de actuar.